Este esquema dualista lo aplique a todos los ámbitos, incluido el hombre. Yo considero como lo más digno el Alma. El cuerpo pertenece al mundo sensible, es imperfecto y obstaculiza el desarrollo del alma: como en Pitágoras, el cuerpo también es la “cárcel del alma”. Entiendo al hombre como alama accidental unida al cuerpo. Ambos se distinguen como el piloto y la nave, como el jinete y el caballo, pero ambos se necesitan. Para mi es claro que el hombre es principalmente el alma, por eso, no es de extrañarse que defienda, en ocasiones, una mirada de la renuncia y del desprecio por lo sensible para alcanzar la purificación del alma.
En el Fedro utilizo el mito del carro alado para mostrar la naturaleza tripartita del alma. El alama es como un carro tirado por dos caballos, uno blanco y otro negro. El caballo blanco representa las inclinaciones nobles, el negro los instintos más bajos y el auriga, la razón que regula a ambos. El alma posee estos tres elementos: tiene una parte racional que desarrolla la sabiduría, una parte irascible que debe lograr la fortaleza y una parte concupiscible cuya virtud propia es la templanza. Estas se sitúan respectivamente en la cabeza, el pecho y el vientre. Esta triple división me servirá posteriormente para configurar el orden social.
En esto diversos diálogos deje pruebas de la inmortalidad del alma
- Por la reminiscencia. Para recordar es preciso haber aprendido antes lo que se recuerda. Como las cosas que recordamos no las hemos aprendido después de nacer, hay que suponer que las hemos adquirido con anterioridad. Por lo tanto, el alma que ha preexistido al cuerpo es natural que sobreviva después de la muerte.
- Por la sucesión cíclica de las cosas contrarias: los contrarios se suceden alternativamente. Es claro que la vida y la muerte son cosas contrarias. Por lo tanto, si a la vida le sigue la muerte, es natural que a la muerte siga la vida.
- Por la simplicidad del alma y su afinidad con las ideas. Las cosas compuestas están sujetas a cambio, mientras que las simples se mantiene inmutables. Aun cuando el alma esta unida al cuerpo tiende hacía las cosas eternas e inmutables. Esto indica que el alma pertenece a esa clase de seres y por lo tanto es simple e inmortal.
Hay que aclarar que la única parte inmortal del alma es la racional, pues, después de la muerte, el alma carece de las funciones sensitivas y vegetativas que tiene cuando esta unida al cuerpo.
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